Ubuntu Touch es la versión móvil y táctil de la que, posiblemente, sea la distro más famosa de Linux. Esta aspira a integrarse totalmente con Ubuntu en su versión 14.04 y a traernos la experiencia de uso de Unity a nuestros móviles y tablets. El hecho de que el sistema operativo esté preparado para funcionar con aplicaciones en Qt y HTML5 hace que le de al dispositivo una velocidad y fluidez que, en teoría, superará con creces la de Android.
Pero la gran característica de Ubuntu Touch es que aspira a ser un sistema operativo usable en sobremesa, de manera que cuando conectemos nuestro móvil o tablet a una pantalla de ordenador, el sistema se convertirá automáticamente en Ubuntu Desktop, ofreciéndonos todo el potencial de un asentado sistema operativo diseñado para equipos de sobremesa.
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Como muchos sabéis, desde casi sus inicios, los fabricantes Android han intentado desmarcarse los unos de los otros con diferentes capas de personalización para sus smartphones. Estas capas personalizadas empezaron siendo un lastre en cuanto a rendimiento y a la hora de ofrecer las últimas actualizaciones. La compañía de Mountain View, por su parte, ha ido ofreciendo cada año un modelo Nexus con la versión limpia del sistema operativo y que asegura su actualización oficial casi inmediata a la última versión de Android hasta dos años después de su lanzamiento.
Todo esto ha creado un debate casi permanente en torno a si es mejor tener un Nexus o un smartphone no Nexus con una capa personalizada. En este post compararemos ambas tipos de interfaz, aunque teniendo en cuenta que las capas personalizadas son muy heterogéneas, puesto que hay casi tantas como fabricantes de Android.
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Con el lanzamiento de Android 4.4 KitKat, Google ha aportado una serie de importantes mejoras en su sistema operativo móvil. Empezando por lo más obvio, como puede ser el rediseño de la interfaz gráfica e iconografía, hasta llegar a cosas no tan obvias, como es el hecho de poder elegir sobre qué máquina virtual queremos que se ejecute Android.
Para los no iniciados, os aclaramos que una máquina virtual es un software que simula un ordenador y puede ejecutar aplicaciones. Los casos más conocidos se dan en algunos usuarios de ordenadores Apple que instalan máquinas virtuales para poder ejecutar sistemas operativos como Windows o Ubuntu (véase también Fedora, OpenSUSE...) con el fin de poder emplear programas no compatibles con Mac.
Del mismo modo, el sistema operativo Android ha empleado una máquina virtual llamada Dalvik, la cual se encarga de ejecutar aplicaciones Java para el sistema operativo principal, que es Android.
Para los que no estéis familiarizados con el termino de wearable, os diremos que se trata de una nueva generación de dispositivos o accesorios que están diseñados para ser llevados como un complemento cualquiera, como es el caso de los relojes inteligentes, como el Samsung Galaxy Gear, o las gafas Google Glass.
Que Android es un sistema operativo propiedad de Google, creo que ya no es noticia para nadie. Que este sistema es gratuito y de código libre, tampoco lo es. No obstante, no es oro todo lo que reluce y Google podrían no ser los paladines de la programación, tal y como mucha gente cree.
Veamos, no se trata de algo estrictamente negativo, pero sí bastante restrictivo y que deja a los fabricantes en una posición un tanto desfavorable. Me refiero a la famosa certificación de Google para terminales operados por Android.
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